Cuando ya hemos llegado al punto de no saber bien qué hacer con las relaciones que nos aquejan, especialmente y muchas veces las familiares, es que se presentan estos nuevos contratos.
Lo ideal siempre será que todo fluya de forma estable y amorosa con nuestros seres queridos. Pero cuando se presenta la dificultad de no poder relacionarnos de forma saludable con quienes nos rodean es que estos nuevos contratos entran a ser parte de las posibilidades.
Hay contratos invisibles que hemos tomado de forma voluntaria e involuntaria en nuestra vida, que hemos cumplido por años. Otros que se nos han impuesto, casi como una sentencia.
Estos nuevos contratos nos liberan de pesos que no son nuestros y de situaciones que no hemos venido a corregir, porque no ha sido nuestro error y porque nada tenemos que ver con ello.
Muchas culpas, miedos y dependencias energéticas se nos han impuesto sin siquiera enterarnos de que eso sucedía.
Ahora podemos de forma consciente cambiar esto. Y para eso debemos involucrarnos en el proceso.
Estos contratos tienen el carácter de proveer una nueva relación con los demás y con nosotras/os mismas/os.